viernes, 4 de enero de 2008

Valores y Sociedad

Hoy vivimos en una sociedad que se deteriora cada día más con el deceso de sus valores morales, sociales y espirituales. La Biblia siempre nos entrega valores y parámetros que nos permiten evaluar y sopesar nuestra condición humana y nuestro comportamiento. En cierta oportunidad me llamó la atención la lectura de un pasaje de este precioso conjunto de libros. Este se encuentra en libro de Deuteronomio, capítulo 6, versículos de 4 a 9 y los versículos 24 y 25. Dicen así:

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. (...) Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como Él nos ha mandado".

La parte destacada (negrita) nos presenta un simbolismo que, en aquel tiempo, algunos religiosos lo interpretaban y aplicaban en forma literal, atando pequeñas porciones de las escrituras en la mano o en la frente. Quizás no sea muy difícil imaginarse que este simbolismo tiene un significado más bien práctico que literal. Pienso que este no podría haber sido mejor interpretado como por el comentario de la Biblia de Estudio Harper Caribe, que lo explica de la siguiente forma:

“El secreto de una sociedad justa es acatar las normas éticas que Dios mismo demanda porque sabe que ellas son para el bien de la humanidad que Él creó. Según los versículos 8 y 9, la palabra de Dios debe controlar nuestros hechos (en tu mano), nuestros pensamientos (frontales entre tus ojos), nuestra vida familiar (los postes de tu casa), y nuestra sociedad (en tus “puertas”, o portones de la ciudad); así tendremos justicia." Biblia de Estudio Harper Caribe, 1980 Editorial Caribe, pag.205.

Desechar a Dios y sus principios, como seres humanos y, aún más, como sociedad, siempre traerá como consecuencia el deterioro, la decadencia, la devaluación de la vida, del respeto al prójimo y la injusticia, cosas que hoy, se ven abundantemente en nuestro medio.

Sin embargo, la decisión de que la voluntad de Dios provoque una diferencia en nuestras acciones, en nuestro interior (pensamientos y corazón), en nuestra familia y en la sociedad que nos rodea es, en primer lugar, personal. Por lo que, todos pasamos a tener una cuota de responsabilidad colectiva y una total responsabilidad personal sobre los caminos valóricos y morales que elegimos.

Sopesar nuestra vida con los valores indicados por Dios en la Biblia, puede no ser una tarea fácil. Sin embargo, Dios aún está dispuesto a ayudarnos en esta tarea. Y esta ayuda es posible por medio de la fe. Fe en aquel hombre que murió en una cruz, sin necesitar haberlo hecho. Y resucitó. Jesucristo, el hijo del hombre.

¡Feliz 2008!